Al servicio de los ciudadanos
Desde un primer momento la iniciativa del Consejo General del Notariado me pareció fantástica y me ofrecí como voluntario de forma inmediata. Creo sinceramente que ha sido una oportunidad única para que los notarios nos demos a conocer en un aspecto de nuestra profesión que a veces no siempre es tomada en cuenta suficientemente como es la de ser un servicio público, la de estar al servicio de los ciudadanos.
Dicho lo anterior, en cuanto a mi experiencia como notario voluntario en La Palma no pudo haber sido mejor. Fue una experiencia, no solamente personal, sino profesional, verdaderamente única.
Desde el punto de vista un poco más personal, mi vivencia en la isla fue muy intensa. La propia isla me impresionó mucho. Tengo que reconocer que no la conocía antes la erupción del volcán y la verdad es que cuando tuve la posibilidad de conocerla bien me sorprendió muchísimo. ¡No me extraña que la llamen la isla bonita! Y qué decir de sus gentes. Me sentí muy bien recibido por todos y especialmente percibí el agradecimiento de los afectados a los que pude atender en la notaría los días que estuve allí. Ello me permitió estar en contacto muy directo con ellos, sintiendo su tristeza y desesperación ya que perdieron todas sus posesiones de un día para otro.
Desde el punto de vista profesional, me tuve que enfrentar a una forma de trabajar totalmente diferente a la que estamos acostumbrados los notarios en nuestro día a día, ya que las circunstancias a las que nos enfrentamos en esta ocasión son extraordinarias. Eso hizo que pudiera ver mi profesión desde un prisma distinto y ser todavía más consciente del servicio público que los notarios desarrollamos.
Creo que estamos realizando una labor muy importante de apoyo a todos los afectados, aportando nuestro trabajo y asesoramiento y dándoles un rayo de esperanza en estos momentos tan difíciles para ellos.
Espero que nuestro trabajo sirva para que los afectados puedan poco a poco rehacer sus vidas tras la pesadilla vivida estos últimos meses. En cualquier caso, los notarios estaremos ahí para lo que haga falta.
Por Andrés Valdés, notario en L´Ametlla de Mar, en Tarragona.